Se abre, pues, este collado, entre el Aneto y el Pico de Coronas. Más exactamente, ya que estamos tratando de puntas secundarias de tres mil metros, entre la Punta de los descalzos u Oliveras-Arenas y la Tuca del collado de Coronas. Cualquiera que desde el propio collado haya tratado de alcanzar el Pico de Coronas, se habrá apercibido que en las inmediaciones del collado se deja un sector de la cresta al sur, circulando fácilmente por la vertiente norte hasta una especie de canal descompuesta que, fatigosamente, da acceso al rellano superior del Pico de Coronas. Bien, en ese tramo de cresta que normalmente se evita, se alza, modesto, un gran bloque en forma de centinela que pasa el tiempo vigilando el tránsito por el collado a sus pies y recibiendo, ciertamente, pocas visitas. Hay que evitar la tentación de deambular por la fácil vertiente norte y decidirse a progresar a toda cresta, por lo demás poco complicada, para alcanzar ese punto que hemos denominado Aguja del collado de Coronas.
El primer recorrido por esta cresta se puede retrotraer al día 24 de julio de 1906, cuando Mosén Jaume Oliveras y Antoni Arenas tratan de alcanzar la cumbre del Aneto desde el valle de Coronas sin ningún tipo de material para la progresión por el hielo. Encontrándose el collado de Coronas defendido por su glaciar, se fijaron que podrían acceder al Pico del Medio por el contrafuerte que este proyecta al sur. Dicho y hecho, a las 11 de la mañana pisaban la cumbre del Pico del Medio. Desde aquí progresaron hacia el Aneto manteniéndose en la linea de cresta para evitar el hielo. He aquí el relato de Mosén Oliveras: "...Siguiendo la cresta, bajamos al collado de Coronas, lo cruzamos por su cresta rocosa sobre el lago y, aunque con grandes equilibrios y mayúsculas dificultades, fuimos siguiendo por encima de la grieta de la rimaya hasta llegar a la cresta, que ya sin ninguna dificultad nos llevó al Paso de Mahoma (sic), que encontramos muy fácil, ya que llevábamos seis horas de entrenamiento por crestas más difíciles y peligrosas que aquélla." [Oliveras, Jaume. "Al Aneto por su arista NO. y descenso por la cresta de Llosas". Montaña nº47, año X, ene-feb 1957, pp.221-225]. También Agusti Jolís relata el hecho en su libro "La conquista de la Montaña" [Barcelona, Herakles, 1954, pp.114 y 116]. Aunque erróneamente extiende el recorrido de Oliveras y Arenas indicando que subieron al Maldito por la cresta de Cregüeña. Russell había pasado por allí en 1864, descendiendo del Pico Coronas para dirigirse al Aneto, pero él pasó por el lago para tomar la subida por el glaciar [Souvenirs d'un montagnard. Pau, Vignancour, 1878, pp.41-42].
Descendiendo del Pico Coronas hacia el collado de Coronas. (foto: Jesús Mari Linaza)
En agosto de 2012, el día 10 Jesús Mari Linaza y Juan Carlos Martínez toman medidas de la aguja. Y el día 28 del mismo mes son Fidel Saez de Heredia y Luis Mata quienes hacen lo mismo. En la cartografía del SITAR la prominencia de la aguja es de 9,3 metros; pero las tres mediciones GPS realizadas indican una prominencia superior.
Datos técnicos:
SITAR J.Mari Fidel Luis Brecha Oeste 3219m 3219m. 3221,5m. 3220m. Aguja 3228,3m 3231m. 3233m. 3235m.(medida puntual)
En este caso, al disponer de más de una medición, podemos aceptar la Aguja del collado de Coronas como nuevo tresmil fantasma.
La Aguja del collado de Coronas. (foto: Luis Mata)
Consultad la actividad en los siguientes links:
Cresta del Medio.
Cresta Maldito-Coronas.
FTer